Manouk, becario científico de LUMC, en Malawi

Por fin llegó el 18 de octubre, ¡vuelo a Malawi! Un viaje muy emocionante para mí, ya que es la primera vez que salgo de Europa. Después de un buen vuelo, de acostumbrarme a los 35 grados centígrados, a no tener siempre electricidad y a la cultura africana, pude empezar mis prácticas de ciencias, que forman parte del máster de medicina en Leiden. Tras una visita a Aldeas Infantiles SOS en Blantyre, me mostraron los datos. Se trata de unas 30 gruesas carpetas llenas de formularios de todas las mujeres que ya se han sometido a la prueba de detección del cáncer de cuello de útero. Es bueno ver que tantas mujeres se han sometido a la prueba de detección, ¡pero es un trabajo muy grande para mí empezar a procesarlo!

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Además de procesar los datos, esta semana he asistido a una actividad de divulgación en la que se examinaba a mujeres de zonas rurales. Es extraordinario ver cómo funciona el equipo de Save My Mother. Mientras el equipo prepara el lugar del cribado, las mujeres reciben ya información sobre qué es el cáncer de cuello de útero, cuáles son los factores de riesgo y qué pueden esperar del cribado. A continuación, las mujeres son sometidas a pruebas de detección y reciben información sobre los resultados y el seguimiento. Durante este asesoramiento posterior, añadimos 5 preguntas más para mi investigación. Estas preguntas se refieren a la motivación para acudir o no al cribado. Estas preguntas se realizarán también en las clínicas de la ciudad, de modo que pueda empezar a comparar estos dos grupos. Al fin y al cabo, ése es el objetivo de mi estudio, comparar las pruebas de detección del cáncer de cuello de útero en la ciudad con las de la llanura.

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