Durante mis visitas a nuestros equipos de See & Treat en África, una de las enfermeras me dio este consejo para nuestro nuevo proyecto en Etiopía: "¡Necesitas un buen equipo!
Ahora que estoy visitando el proyecto "Save My Mother" en Zambia, comprendo todo el significado de este consejo. No se trata sólo del equipo de enfermeras que sale a primera hora de la mañana para volver al anochecer después de un largo día de cribado (aunque estos hombres y mujeres tan dedicados son cruciales para el éxito de la prevención del cáncer de cuello de útero en cualquier país), sino de todas las personas implicadas de alguna manera en la prevención del cáncer de cuello de útero dentro de una organización, una región o un país. Como una familia ampliada, trabajando todos juntos por el mismo objetivo.
Desgraciadamente, en Zambia el grupo de personas que se esfuerza en la prevención del cáncer de cuello de útero para las mujeres de Zambia, no trabaja en familia. A nivel organizativo, dentro del equipo ampliado de Save my Mother, no está claro quién asume su responsabilidad cuando se produce una complicación. A nivel nacional, las partes que se dedican a la prevención del cáncer de cuello uterino parecen estar más centradas en hacerlo a su manera que en colaborar para nuestro propósito común.
Lo cual es triste, porque convierte a las personas motivadas en personas frustradas, convierte una forma sencilla de ayudar a las mujeres en un proceso burocrático y político y, en el caso de nuestro proyecto Save my Mother en Zambia, convirtió una gran cantidad de esfuerzos, aportaciones y voluntad en el final de la fase I sin perspectiva de una segunda fase.
